El valor de la vida, mi querido aprendiz

¿Cuándo encontrarás tu horizonte? 

¿Seguirás perdido, hundiéndote en tu dolor, ahogándote en ese vaso lleno de lágrimas sin poderte levantar?

Aunque desees la ayuda de alguien más, debes aprender a levantarte por ti mismo.

Pero no dejas de ser un aprendiz y siempre lo serás porque nunca aprendes.

A no ser que tomes la iniciativa y decidas armarte de valor y fortaleza para continuar tu camino. Aunque en tu recorrido te encuentres y tropieces con piedras, debes levantarte y seguir adelante. ¿Por qué? ¿Olvidas que tienes razones para vivir?

Tienes que aprender al fin... A quererte a ti mismo.

Tantas personas son las que sufren y viven tormentos insoportables.

Y tú... Maldices tu vida tan valiosa, cuando vives mejor que aquel que padece de una enfermedad incurable, el que posee una discapacidad, el que no tiene dónde vivir y debe mendigar para comer, el que ha sufrido de violencia y abusos, o el que ha perdido a un ser querido...

Tú, que gozas de buena de salud, que no tienes ninguna discapacidad, puedes caminar, ver, escuchar y hablar. Tú que tienes un hogar y no te falta para comer. Tú, que no has sufrido de violencia y abusos y tienes a tus seres queridos con vida y salud...

Maldices tu vida cuando es tan valiosa?

A todas las personas les ocurren cosas malas en la vida, lo importante es aprender a superar esos obstáculos para seguir adelante. Con fe, convicción y optimismo. Verás que ese camino lleno de piedras se volverá plano y podrás caminar sin problemas y avanzar. 

Da las gracias por lo que tienes. Los obstáculos son pruebas que harán de ti una persona mejor. Sonríe, pues la vida es maravillosa.