La magia no es aquella que realiza el hombre con su varita diciendo "Abracadabra", sacando un conejo de su sombrero ni aquella en que el hombre con énfasis promueve en los circos, espectáculos y programas de televisión donde usa barajas de naipes y hace desaparecer a las cosas y a las personas. Esa, no es la verdadera magia.
Pero... Si la gente está consciente que aquello no es magia... ¿Sabe realmente lo que es magia?
Simplemente nadie cree en ella, quizá sólo por desconocerla.
La magia existe, siempre y cuando el corazón y el alma crean en ella.
El amor puro y sincero de los enamorados. El instante fecundo en que entrelazan sus manos para recorrer juntos los senderos de la vida. Cuando se cruzan las miradas resplandecientes como las estrellas del firmamento. Cuando sus labios se unen para saborear el más dulce sentimiento. Cuando sus cuerpos se juntan embadurnados de sudor, y sus corazones se agitan para desatar la pasión mezclada con amor. He ahí la magia que sólo se siente. Es la magia del amor.
La magia que sólo se puede ver con los ojos del alma...


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